Una persona que desea lucir sus cualidades por alguna intención buena, por ejemplo, impresionar a quien la entrevistará para un puesto de trabajo, cautivar a quien ama o ganar una medalla de oro; se arregla con elegancia y prepara las palabras que dirá, hará un esfuerzo por ser agradable o pondrá empeño en hacer lo mejor posible.
La devoción al Sagrado Corazón es uno de los últimos esfuerzos de Jesús para lucir la inmensidad de su amor por cada uno de nosotros y acercarnos a su Corazón.
Arregla sabiamente su imagen mostrando su Corazón con la herida de la lanza y rodeado de las llamas de amor. Prepara las palabras con las que nos seducirá, es decir, doce promesas de paz, incluida la posesión segura del cielo a la hora de la muerte para todos los que comulguen nueve viernes primeros de mes sin interrupción.
Jesús logró que todo el mundo se consagrara a su Corazón. La devoción se extendió rápidamente por todo el mundo. Las familias que confiaron en Él recibieron paz, sintieron su consuelo y a la hora de la muerte encontraron su refugio en el Corazón de Jesús. Creció la santidad y disminuyó la tibieza espiritual, los hogares con su imagen expuesta y venerada fueron abundantemente bendecidos y las personas que propagaron esta devoción tienen sus nombres inscritos en su Corazón sacratísimo.
Sin embargo, los años opacaron tanto amor y la devoción a su Sagrado Corazón se debilitó, pero de ese Amor tan fuerte sacó un nuevo “vestido” con el mismo mensaje de amor: la devoción a la Divina Misericordia.
Te invito a contemplar tan infinito amor y nunca dejes de repetir, ‘Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío’ y ‘Jesús, en Ti confío’ escrito en la imagen de la Divina Misericordia.
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6 comentarios
Muy bonitas palabras, Padre Lorenzo Gomez
Yo confio mucho en el Sagrado Corazón de Jesús🔥