La única Locura Sabia: vivir como hijos de Dios

La única Locura Sabia: vivir como hijos de Dios

La única locura sabia: vivir como hijos de Dios
P. Roberto Figueroa



“Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo 

de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos 

ministros de Dios con lo mucho que pasamos… Somos los impostores 

que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los 

moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, 

los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen 

a muchos, los necesitados que todo lo poseen”.

1 Cor 1, 1-10



En una ocasión me encontré con un texto del gran religioso San Charles de Foucauld, que decía: “la única locura sabia es la de los que viven como hijos de Dios”. El primero que manifestó los síntomas de esta locura, que no son otra cosa sino la forma de vivir construyendo el Reino de Dios, es el mismo Jesús, el Hijo de Dios, a quien sus mismos contemporáneos y familiares lo tacharon de loco, tanto por su manera de ser, como de predicar y sobre todo de actuar.

    Jesús, en su tiempo, fue el hombre más incomprendido y rechazado. Un “loco como Él” representaba el enorme peligro del cambio para toda la estructura religiosa y política de ese entonces. Hablar de libertad, amor y confianza absoluta en Dios, rompía con todos los esquemas antiguos. Para las autoridades era mejor continuar con la ley y las tradiciones que arrojarse a la novedad de una forma distinta de escuchar a Dios y hacer su voluntad.

   Lo que Jesús propuso es que el mundo diera un giro de 180º. Ante la seguridad en uno mismo y las propias capacidades, Él nos invita a confiar total y absolutamente en Dios; para quienes el dinero y el poder lo son todo, para el Maestro, tenemos que despojarnos de todo y así poder ganarlo todo, ya que no está en el acumular cosas donde encontramos la felicidad, ni en el afanarnos en las riquezas, sino en Dios, en su gracia y en la vivencia de los valores de su Reino. La mentalidad del mundo siempre ha sido apartarse del dolor y del sufrimiento, cuando Jesús nos invita a enfrentarlos y encontrar en ellos un motivo especial para unirnos a Dios. 

Ante las coincidencias y la buena suerte que muchos predican, Jesús nos habla de la Providencia divina, donde no se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios. 

Ante el odio, el rencor y la venganza, Jesús nos habla del amor y perdón sin límites, donde la misericordia no conozca fronteras. “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo”, parece ser el principio de supervivencia, pero para el “Gran Loco del Evangelio”, debemos amar a nuestros enemigos, hacer el bien a los que nos ofenden y orar por los que nos persiguen, porque no es con el mal con lo que venceremos al mal, sino con la fuerza del bien. Para Jesús, la oscuridad del pecado se disipa con la claridad de la gracia, la verdad, el amor y una vida llena de virtud.

   Ante las imágenes del Dios “mercader”, “juez vengativo y castigador” que tiene el mundo de ayer y de hoy, Jesús nos presenta la imagen de Dios que es Abbá (Padre querido) en quien podemos arrojarnos a sus brazos y Él nos recibirá con un amor y ternura sin igual, ciertamente que no tolera el pecado, pero es indulgente con el pecador arrepentido.

    Muchos de los que se han atrevido a vivir esta aventura de ser como Jesús han sufrido las mismas consecuencias que sufrió Él, lo que hicieron con el leño verde, también lo hicieron con sus seguidores: juzgados como locos, recibiendo golpes, humillaciones y hasta la muerte.

    No hay nada más peligroso en la sociedad actual que personas libres y que vivan el Evangelio, porque estos hombres y mujeres cuestionan, interpelan e incomodan, sobre todo a aquellos que hicieron del pecado su manera habitual de vivir. Recordemos la injusticia del rey Herodes al decapitar a Juan el Bautista.

    

Precisamente “para ser libres nos ha liberado Cristo” (Gálatas 5,1).


Es extraño, pero en el seno de la Iglesia y fuera de Ella, la gente sigue pidiendo la presencia de esos “locos” que se atrevieron a darlo todo por el Señor; claman por el surgimiento de nuevos san Franciscos de Asís, que con su pobreza nos den testimonio que para ganarlo todo hay que entregarlo todo; santas Teresas de Calcuta, que aprendan a ver en los enfermos y marginados al mismo Jesús que clama amor, compasión y misericordia; san Felipes Neri, que lleven la alegría no solo al esbozar una sonrisa, sino en el corazón, para darle al mundo motivos para seguir un camino lleno de esperanza; san Juan Pablos Segundos, que ante una encomienda tan grande, sean responsables, llevando a cabo la misión que Dios les pide, y como Dios se los pide: con valentía y hasta el final.

Todo el mundo está clamando con fuertes gritos: “¡Queremos a esos hombres y mujeres!”, hombres y mujeres dentro de la Iglesia que pongan al mundo de cabeza como ellos lo hicieron en su tiempo, logrando una revolución y una gran transformación, no solo para el pueblo cristiano, sino para todos.

En la actualidad, vivir como dice el Señor es como si remáramos contra corriente, es semejante a ir por la carretera manejando en el sentido correcto, pero con todos los demás circulando en sentido contrario; es ir contra la lógica, es vivir en lo absurdo….en pocas palabras: es vivir el Evangelio de Jesús, el Hijo de Dios.

Hay que aprender a estar en el mundo, pero sin ser del mundo, como lo afirma Jesús a sus Apóstoles: “están en el mundo, pero no son del mundo”. 

San Charles de Foucauld, tienes mucha razón cuando afirmas: “la única locura sabia es la de los que viven como hijos de Dios”.

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3 comentarios

Gracias por esta publicacion ya que nos alienta a seguir como locos por Jesus y seguir transmitiendo sus ensenanzas. Bendiciones p.Roberto.

Juan

AMÉN 🙏🏻 muchas gracias padre Roberto por sacar un tema tan importante y tan necesario. La verdad hoy en día el mundo está al revés, donde la moral está por los suelos y lo que está mal ante los ojos de Dios para el mundo está bien. Lo que verán las nuevas generaciones si no educamos a nuestros hijos con valores, respeto y sobre todo a que amen a nuestros señor Jesucristo y a nuestros madre santísima la Virgen María

Maria Zesati

Cómo sería muy útil aprender a hacer oraciones de san avión, liberación y conversión para toda la familia uy en especial ara salvar nuestro matrimonio y a nuestra hijos de la nueva era del mundo que los está confundiendo en todos los sentidos, todo muy bien maquillado, como si todo eso fuera lo que le agrada a Dios.

JosefinaCardenas

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