El nombre más repetido en las mujeres mexicanas es el de Guadalupe. Por eso muchas celebran su santo el día doce de diciembre, fecha en que una mujer vestida de princesa se apareció a un natural de esta tierra, a Juan Diego, en la colina del Tepeyac. Santa María de Guadalupe es el nombre de la celestial Señora. Esa reina no ha devaluado su amor a México ni a los americanos con el paso de los siglos. Hoy los quiere como entonces. Pero se necesitan millones de manos alzadas al cielo, millones de rodillas que toquen la tierra rezando, millones de lenguas y corazones que unan su voz y su amor. En una oración gigantesca y sonora a la reina de México y emperatriz de América para que venga a ayudarnos en esta hora difícil. Para los que tienen fe hay un faro de esperanza en la colina del Tepeyac que se llama Santa María de Guadalupe. El tesoro más rico de México es una tilma muy pobre en la que la Madre de Dios estampó su hermosísima imagen para decirnos a cada uno: ”¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
Todos los años me sucede lo mismo. Percibo como si una paz celestial llenará el ambiente, el cielo, la tierra…Y esa paz penetra en el corazón. Veo que a miles de peregrinos les sucede lo mismo: son más buenos, más humanos, más alegres. Es la presencia de la Madre, nuestra Señora de Guadalupe. Su nombre, sus templos, su rostro son una fuente perenne de paz y fortaleza. La Virgen de Guadalupe es para todo mexicano y americano una fuente de esperanza.
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2 comentarios
Amén Por favor pedir ala morenita por mi papá Gertrudis que se encuentra hospitalizado. Gracias.
Amèn 🙏🏼